
¿Qué es la inflación subyacente?

La inflación subyacente es un indicador económico que permite medir los cambios en los precios al consumidor con un enfoque más estable y predecible.
A diferencia de la inflación general, este indicador deja fuera aquellos precios que suelen ser más inestables, como los productos agrícolas, energéticos o tarifas sujetas a decisiones gubernamentales.
Definición y mecanismo
En términos simples, la inflación subyacente se obtiene al excluir del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) los bienes y servicios que presentan gran volatilidad o que están condicionados por factores externos.
Así, se consideran únicamente los precios más estables de la canasta del INPC.
Esto resulta útil porque permite tener una visión más clara de las tendencias de mediano plazo, lo que facilita la planificación de decisiones relacionadas con consumo, ahorro e inversión.
El papel del Banco de México
En México, el encargado de evaluar este indicador es el Banco de México (Banxico).
La institución utiliza la inflación subyacente como una herramienta fundamental para orientar la política monetaria y contribuir a la estabilidad económica del país.
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Cómo se calcula
Para calcularla, Banxico toma en cuenta las 299 categorías de bienes y servicios que forman parte del INPC y las organiza en subconjuntos bajo diferentes criterios:
- Por propósito del gasto: si el bien o servicio está destinado a alimentación, vivienda, transporte, entre otros.
- Por origen: si son productos nacionales o importados.
- Por durabilidad: bienes de consumo inmediato, semiduraderos o duraderos.
¿Por qué es importante este indicador?
La inflación subyacente es clave porque permite predecir de manera más confiable la inflación general.
Al dejar fuera precios que suben y bajan de manera abrupta, se enfoca en las tendencias más constantes, reflejando el comportamiento real de la economía en el día a día.
Ejemplo práctico
Si los precios del jitomate o la electricidad varían mucho en poco tiempo, estos cambios no afectan el cálculo de la inflación subyacente.
En cambio, sí se incluyen productos como ropa, servicios educativos o artículos de higiene, que mantienen mayor estabilidad en sus precios.
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